sábado, 26 de septiembre de 2009

Hace cuanto...

Allí estaba él, sentado en frente mío y rodeado de miradas instigadoras. Su cuerpo no temblaba y sus facciones no mostraban sentimiento alguno, era como una estatua de mármol, fría y dura. Sus ojos eran como dos zafiros incrustados violentamente en su rostro plagado de arrugas que denotaban los golpes del tiempo.
Parecía no mirar nada, como si se encontrarse en trance. Sus brillantes gemas azules estaban vacías, ¿o era yo el único que así las sentía por estar mirándolo de frente? Era una sensación escalofriante. Era como estar delante de un cuerpo sin vida o más bien en frente de un fantasma.
El sonido la puerta cerrándose me despojó de mis pensamientos y escuché como el comisario me pedía que comenzara con el interrogatorio. El tiempo lentamente fue moviendo las agujas del reloj que llevaba en mi muñeca y mi mirada se había perdido en sus ojos vacíos una vez más. Desde mí alrededor tuvieron que quebrar ese vínculo con una fingida tos.
-Disculpen- Apresuré a decir mientras tomaba la hoja con los datos del hombre que tenia en frente mío y los leía en voz alta.
-Edgar Usher, 53 años, sexo masculino, caucásico, pelo negro canoso, un metro y ochenta centímetros de altura...si, la descripción es exacta.-
Tomé una breve pausa para encarar el interrogatorio.
-Dígame, Señor Usher ¿por qué ha decidido entregarse después de 15 años de búsqueda? Debo serle sincero y decirle que ninguno de nosotros pensaba que usted haría algo semejante.
-Arrepentimiento...- dijo con una voz gastada y áspera.- Mucho dolor...
Sus ojos seguían sin expresar ningún sentimiento y hacían que sus palabras carecieran de sentido y veracidad.
-Explíquenos entonces, ¿por qué ha matado usted a su esposa, sus hijos y su vecino?- mis palabras salieron disparadas de mi boca por la curiosidad.
-....no tuve ningún motivo....fue un momento de locura, locura que todavía no ha sido extirpada de mi cuerpo, locura que aún me carcome por dentro, locura que ha terminado por matarme, locura que me ha traído aquí para entregarme y así poder eliminarla de mi cuerpo y poder morir tranquilo...-sus ojos se habían escondido aún más en su rostro a medida que hablaba-...por favor, dejen la investigación para otro momento y condénenme, no puedo soportar este dolor ni un solo minuto más...¡por favor, se los ruego!-en un segundo alzó su voz más de lo que seguramente su cuerpo podía, estaba demacrado física y mentalmente.
-Cálmese, por favor. La condena se conocerá mañana. Esto es solo un interrogatorio de rutina.
La sala se fue desocupando mientras el señor Usher seguía sumido en sus pensamientos. Había dejado de ser una estatua de mármol sin sentimientos. Parecía estar aliviado, como si se hubiera sacado un peso de encima.
Al día siguiente se ejecutó el juicio contra el señor Allan Usher. La sala del juzgado estaba abarrotada de vecinos y allegados a las victimas. A mi parecer era un juicio inútil, se sabía de antemano que este hombre era completamente culpable. Y ese momento no se tardó en llegar, finalmente el juez dictaba sentencia. El juez lo condenó a 30 años por aquella repugnante masacre. Muchos de nosotros pensamos que no seria tan indulgente y que la sentencia sería aún mayor.
En el momento en que el juez pronunciaba su sentencia, el acusado levantó lentamente su mirada al cielo y sus ojos parecieron haber recobrado la vida. Sus arrugas ya no eran tales y su pelo era de un vivaz color negro.
-...gracias...-dijo en voz baja y con lágrimas brotando de sus ojos y recorriendo su rostro.
Redirigió su mirada hacia nosotros, el grupo de policías, y dijo:
-Discúlpenme, pero es tiempo de irme. He eliminado la pena que me ataba a este mundo. Ahora puedo descansar en paz.- sorprendentemente sus palabras no cargaban el tono gastado y áspero que había mostrado durante el interrogatorio. Parecía haber recobrado su plenitud física y mental en cuestión de minutos.
Lentamente cerró sus ojos y con una amplia sonrisa y algunas lágrimas en sus ojos, se esfumó de nuestra vista.
Ninguno del cuerpo policial fue capaz de comprender los sucesos de ese día, pero fui capaz de hacerlo. Desde aquel momento en que mi mirada se perdió en la suya noté que algo en él no era normal, pero nunca pensé que esto pasaría, así como tampoco habíamos pensado que se entregaría.

1 comentario:

  1. Hace mucho que no me pasaba por acá. Mis disculpas.
    Sobre esta nueva historia, hace tiempo que tenia ganas de escribir sobre esto. La idea me rondaba mucho por la cabeza hasta que una noche sin tener nada mejor que hacer decidí escribirla y este fue el resultado. Inicialmente tenia pensado alargarla un poco más, agregarle algo más de ambientación al momento de la desaparición, pero ahora que lo termine pienso que si lo describo mucho más perderia ese golpe de sorpresa que tiene.
    Espero tener pronto un cuento nuevo, asi como espero que este sea de su agrado.
    Saludos!

    PD: Los que se pasan y nada más leen los cuentos, estaría bueno que comenten que les pareció y que se copen con la idea de que ustedes le pongan el titulo que más les guste o que les parezca adecuado.

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