viernes, 10 de diciembre de 2010

Retomando el camino....

La tomé fuerte de la mano y escapamos juntos.
El sol ya le había dejado su lugar a la luna y su luz reflejaba la soledad de la vacía ciudad. La calle, terroríficamente silenciosa, se abria paso entre un sinfin de edificios que, a esta hora, parecian llegar hasta el cielo nocturno. El sonido de nuestros pasos y sus llantos mantenían despierta a la ciudad.
Caminamos y caminamos agarrados de la mano. Estabamos escapando, no de alguna persona ni de nuestras familias, sino que de nosotros mismos. Su mano tiembla de ansiedad, o eso es lo que yo quiero creer. Probablemente en realidad sea miedo, pero, ¿miedo de qué? ¿de nosotros mismos? Le sostengo la mano con mayor firmeza. No podíamos echarnos atrás, no ahora. Ya es muy tarde.
Detengo nuestra marcha para mirarla. Una sola mirada basta para que ella comprenda que no podemos dudar, que tenemos que mantenernos juntos en esto.
El camino se hace largo, más de lo pensado. Se hace doloroso para ella, más de lo que pensé. No creo que mantenga sus fuerzas hasta el final del camino, un camino que estamos creando en este mismisimo momento: al transitarlo. Nos es imposible saber a dónde nos llevará, a dónde lo haremos llegar, pero creemos firmemente que es lo mejor para nosotros y lo enfrentaremos juntos.

2 comentarios:

  1. Wiii! jaja

    Los caminantes que escapan para construir un futuro mejor, me gusto. Me los imaginaba corriendo a los dos abajo de la lluvia pero solo podía ver sus manos agarradas jaja.
    Muy lindo.

    Santi

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  2. Muy bueno, me encanta la forma en que lo narraste y lo bien que explicaste la situación. Espero más.

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